But I'm a cheerleader

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Título original: But I’m a cheerleader
Año:
1999
Duración:
85 minutos
Género:
Comedia
Director:
Jamie Babbit
Reparto:
Natasha Lyonne, Clea DuVall, Cathy Moriarty, RuPaul, Mink Stole, Bud Cort.

Megan es la chica más popular del instituto: capitana del equipo de animadoras y sale con el capitán del equipo de rugby, pero debido al desinterés que muestra por este, al hecho de que es vegetariana y de que es fan de Melissa Etheridge, sus padres sospechan que su preciosa hija es lesbiana, así que deciden internarla en un campamento de rehabilitación para homosexuales llamado True Directions, cuyo monitor es interpretado por la mismísima RuPaul (eso sí, esta vez vestido de chico).



En el campamento Megan deberá pasar por varios niveles hasta conseguir heterosexualizarse del todo. En True Directions cada persona asume su género y su sexo: las chicas van de rosa, los chicos de azul. A ellas se les instruye en cosas como pasar la aspiradora y a ellos en reparar motores de coches. Allí Megan conocerá a Graham, una chica que tiene muy claro lo que es y lo que quiere. La atracción será inmediata, pero si Megan quiere salir de allí no le queda otra que acabar la “rehabilitación”.



Probablemente esta sea una de las sátiras más inteligentes que se han hecho sobre esas personas que creen que la homosexualidad se cura con surrealistas tratamientos. La película muestra todos y cada uno de los tópicos sobre gays y lesbianas, los asume y defiende con total naturalidad. En su día la cinta recibió numerosas críticas negativas, pero hay que reconocer que no es un humor apto para todos los públicos, y que muchas cosas escaparan a aquellas personas que no se mueven por ciertos “ambientes”, incluida esa estética camp a medio camino entre una película de Doris Day y una de la muñeca Barbie. Este es el trailer:

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